miércoles, 25 de noviembre de 2009


Yo estaba acostumbrado a la forma en que me hacía sentir el olor: sequedad y dolor en la garganta, un agujero anhelante en el estómago, un agarrotamiento instantáneo de los músculos, el flujo excesivo de ponzoña en la boca…Todo eso era bastante normal y, por lo general, fácil de ignorar; pero hoy resultaba más duro al tener los sentidos agudizados y notarlo todo por duplicado.

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