Yo se muy bien, cuando la sangre hierve, con cuanta prodigalidad presta el alma juramentos a la lengua; pero son relámpagos, que dan mas luz que calor: estos y aquellos se apagan pronto, y no debes tomarlos por fuego verdadero, ni aun en el instante mismo en que parece que sus promesas van a efectuarse. De hoy en adelante cuida de ser mas avara de su presencia virginal; pon tu conversación a precio mas alto, y no a la primera insinuación admitas coloquios. Por lo que toca al príncipe, debes creer de el solamente que es un joven, y que si una vez le aflojas las riendas, pasara mas allá de lo que tu puedas permitir.En suma, no creas sus palabras, que son fementidas, ni es verdadero el color que aparentan; son intercesoras de profanos deseos; y si parecen sagrados y piadosos votos, es solo para engañar mejor. Por ultimo te digo claramente, de que de hoy en mas no quiero que pierdas los momentos ociosos en hablar ni mantener conversación al príncipe.
domingo, 16 de agosto de 2009
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