domingo, 16 de agosto de 2009

¡Dios mio! Yo pudiera estar encerrado en la cascara de una nuez y creerme soberano de un estado inmenso.. Pero estos sueños terribles me hacen infeliz. Todos esos sueños son ambición, y todo cuanto al ambicioso le agita no es mas que la sombra de un sueño. Ciertamente, y yo considero la ambición por tan ligera y vana, que me parece la sombra de una sombra. De donde resulta que los mendigos son cuerpos y los monarcas&héroes agigantados, sombras de los mendigos; porque la verdad no tengo la cabeza para discurrir.

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