domingo, 3 de mayo de 2009

Todo tipo de convivencia tiene que ser positiva, y por mi corta o larga experiencia veo que la mayoría de las personas que conviven entre sí, parejas, familias, dejan mucho que desear en su convivencia, muchísimo. Una vez lo conversaba con un amigo, sentado en su carro, y me decía: ¿cuántas personas conoces que verdaderamente vibren en sintonía a nivel afectivo? Y me sobraron los dedos de una mano, me sobraron los cinco dedos de una mano para contarlas. No hablamos de la convivencia rutinaria, de que la señora, como en la década del 50 del siglo XX, cosía con su máquina “Singer”, mientras el señor leía el diario Tabloide, porque así pueden convivir 80 años sin tener una sola discusión, pero tampoco se dicen: ¡hola!, -no hablo de eso-. Tuve la suerte y tengo la suerte todavía de conocer parejas que con 1 minuto se demuestran más que en meses de otras relaciones.

 

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