¡Qué buena que sería una sociedad donde cada uno fuera una pieza de un puzzle, y cada pieza de ese rompecabezas encajara! Pero nosotros como seres humanos somos tan obstinados, que si vemos un hueco nos creemos que somos la pieza de ese hueco y el de al lado también se cree que es la pieza de ese hueco, entonces compiten por entrar en ese hueco y se despedazan para ver quién entra primero en ese hueco, cuando capaz que el de al lado puede lograr otro hueco.
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