martes, 20 de enero de 2009

Uno tiene que aceptar las vueltas de la rueda de la fortuna, como en el tarot.La sonrisa es para la buena ventura y la lágrima para acordarnos que la vida no es eterna.Y decía que en los funerales había que llorar con muchas lágrimas y una sonrisa. La sonrisa para acordarnos que en la vida todo es una rueda, que lo que nace, nace para morir, y lo que muere, muere para nacer.Pero no hay que ir a las bodas pensando en funerales, ni a los funerales pensando en bodas.A la vida hay que aceptarla como es, con su día y su noche, con su llanto y su sonrisa.Hay que aceptar la vida como es, con sus bodas...y sus funerales.

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